SI hay algo que me encanta es acabar la época de exámenes y volver a centrarme en cocinar con calma y disfrutándolo más que nada en el mundo. Y si ya me pongo a cocinar tempeh… la vida la veo color rosa, ¡cómo me gusta su sabor!
Comer alimentos reales se traducen en mayor energía, bacterias intestinales bien balanceadas y por lo tanto buen humor y ganas de comerte el mundo 😀 O así es como me pasa a mí.
Hoy he preparado algo muy sencillo pero que no falla nunca, podría comerme 4 platos como este de una sentada.
No sé si conocen el tempeh. El tempeh es un alimento que resulta de la fermentación controlada, cocinando frijoles de soya con un hongo de Rhizopus (tempeh starter). La fermentación del tempeh, mediante el moho u hongo de Rhizopus une los frijoles de soya formando un pastel blanco compacto.
Es preferible a comer tofu pues sus proteínas son más fáciles de asimilar y no contiene tanto ácido fítico como el tofu ( este compuesto puede secuestrar nutrientes como el calcio del tofu y no lo absorbemos bien).
Su sabor es diferente al del tofu , al igual que su textura, pero de verdad que es delicioso, yo soy adicta al tempeh. El tofu lo dejo para cuando como fuer ay no hay otra alternativa, y más sabiendo lo difícil que es encontrarlo ecológico :/
La proteína de soya y los isoflavones contienen muchos beneficios para la salud. Los isoflavones refuerzan los huesos, ayudan a aliviar los síntomas de la Menopausia, reducen el riesgo de enfermedades coronarias del corazón y ciertos tipos cáncer. El tempeh mantiene toda la fibra de los frijoles y adquiere algunos beneficios digestivos de las enzimas creadas durante el proceso de fermentación. La fermentación del tempeh produce agentes de antibiótico naturales que son supuestos a aumentar la resistencia del cuerpo a infecciones intestinales, dejando la isoflavonas de soya deseada, completamente intacta.
Después de todo esto, ya me centro un poco y os dejo la receta, que tampoco es que sea receta elaborada, pero es un plato muy completo.
Uso Tempeh de la marca Vegetalia, la venden en todos los herbolarios de España así que no hay pérdida. Mi favorito es el que viene macerado con salsa tamari. Esta salsa es parecida a la salsa de soja, pero para mí mucho mejor porque no le ponen gluten, no es tan salada y está buenísima. Si no encontráis un tempeh macerado pues lo que se puede hacer es hacerlo en la sartén con salsa de tamari y tan contentos 😀 Viene en sobritos con 3-4 piezas pequeñas. Yo me pongo siempre 2 de esos sobres 😀
Lo he puesto en la sartén con 1/4 de cebolla y lo he rehogado todo hasta que la cebollita se doró bien 😀
Después lo he servido todo con una cama de rúcula del mercado de la plaza de mi pueblo (cómo amo este sitio, es un paraíso!), brócoli al vapor, fideos de arroz y col roja fermentada (la compro ya hecha, pero tengo como tarea empezar a hacerla yo en casita). Salpimentamos, con poca sal, please y un chorrito de aceite de cáñamo o de pipas de calabaza para darle un poco más de sabor.
Me lo he comido como si no hubiera un mañana. Delicioso. No hace falta elaborar recetas de 5 estrellas Michellin para comer bien y ¡rico, rico!
Entonces ya me dicen, ¿de qué son ustedes de tofu o de tempeh?
¡Un abrazote y a seguir bien!