El síndrome Gilles de la Tourette (SGT) es un proceso neuropsiquiátrico de causa desconocida; se caracteriza por la presencia de múltiples tics motores y al menos un tic fónico, ambos tipos de tics son intermitentes y no necesariamente concurrentes, con frecuencia de remisión variable, persistiendo por más de un año desde la aparición del primer tic (1).
El desorden comienza en la infancia o adolescencia, antes de los 18 años. La gravedad de los tics empeora en la infancia y el peor período ocurre entre los 8 y 12 años. Más del 80 % de los casos disminuyen significativamente los síntomas en la adolescencia. A los 18 años su intensidad y frecuencia disminuyen y mejora el estado emocional y social. Sin embargo, hasta el 90 % de los adultos continúa mostrando tics moderados, en ocasiones desapercibidos (1).
Poco se habla de la nutrición como herramienta para mejorar la sintomatología de este síndrome. De hecho existen datos que corroboran la existencia de una relación estrecha entre la dieta como desencadenante de los tics en SGT. ENtre ellos está su relación con la Enfermedad Celíca (EC) y la Sensibilidad al Gluten No Celíaca (SGNC).
La enfermedad celíaca (EC) o enteropatía sensible al gluten, es la mejor conocida y más comúnmente diagnosticada dentro del espectro, con prevalencia global creciente.
Los grupos relacionados al diagnóstico (GRD) presentan sintomatología gastrointestinal subclínica y manifestaciones extraintestinales en diversos órganos, incluido el sistema nervioso central. Esta llamada sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) fue descrita en 1980 y se clasificó inicialmente dentro del espectro enfermedad celíaca. No obstante a partir del 2010 se reconoce como enfermedad independiente, con una frecuencia estimada de hasta el 13 % de la población (1).
La literatura revisada asocia el GTS a la SGNC pero no encontramos caso alguno de EC clásica y GTS, si bien entra dentro del rango de los GRD admisibles para desarrollar el trastorno neuropsicológico (1).

Existe una lista de procesos neurológicos asociados a la sensibilidad al gluten es extensa, incluyendo migrañas, ataxias, polineuritis, epilepsias y neurosis múltiples, como la descrita aquí. Muchos de los procesos mejoran al recomendar una dieta restrictiva de gluten (2).
En 2018 se realizó un estudio piloto prospectivo a nivel nacional en España de pacientes diagnosticados de GTS para evaluar la eficacia del seguimiento de una Dieta Libre de Gluten (DLG) en niños y adultos. Los participantes fueron reclutados como voluntarios en el estudio a través de la invitación en línea del Foro Nacional para el Síndrome de Tourette (2).
Después de un año de dieta sin gluten, tanto los pacientes niños como los adultos mostraron una reducción sustancial de los tics, una reducción en la intensidad y frecuencia del TOC, junto con mejores mediciones de calidad de vida (2).
Este estudio mostró que tanto los niños como los adultos con síndrome de Tourette y sensibilidad al gluten no celíaca que siguieron una dieta sin gluten durante un año mostraron una reducción significativa de los tics y el TOC (2).
Claramente, se necesitan estudios más grandes para confirmar estos hallazgos, pero esta es una noticia emocionante para las personas con síndrome de Tourette y los médicos que las tratan (2).
Otro reporte de caso del mismo año 2018 muestra como después de un diagnóstico de EC en un joven con SGT, habiendo integrado una DLG de forma estricta, el sujeto mejora su sintomatología. Cito textualmente todo el proceso:
«Se le suspende el gluten en la dieta. Los síntomas digestivos acentuados cuando niño, fueron desapareciendo progresivamente; sin embargo, no mantuvo la dieta restrictiva y a partir de los 14 años, estudiando becado, se dificultó el control paterno sobre el estricto cumplimiento de esta.
Aproximadamente en esa edad debuta con manifestaciones de dermatitis atópicas recurrentes acompañadas de rinitis; también manifestaba frecuentes parestesias en miembros inferiores.
Hasta la actualidad, desde el punto de vista digestivo ha experimentado con frecuencia molestias abdominales y hábitos intestinales con tendencia a las diarreas altas.
A los 6 años debutan los primeros episodios de tics faciales, especialmente involucrando párpados y labios. La evolución fue progresiva, añadiendo tics motores más complejos y algunos fónicos; se incluyeron parpadeos; movimientos linguales, tics cervicales de rotación e inclinación, extensión y flexión de los brazos y/o dedos y manos y frecuentes sopladuras de las manos.
Los tics fónicos fueron variados, incluyendo sonidos guturales, silbidos, “aclaración de la garganta”, ecolalias y tartamudeos ocasionales. Tenía además trastornos del sueño, con frecuentes episodios de terror nocturno y ansiedad. La sintomatología a lo largo de la adolescencia siguió los patrones clásicos descritos del GTS, con períodos de deterioro y remisiones moderadas con menor frecuencia e intensidad de los tics. No se refieren períodos asintomáticos.
Durante estos años fue atendido por varios especialistas, pero no había recibido el diagnóstico de GTS ni un tratamiento adecuado para su control.
A los 18 años fue ingresado inicialmente en la Unidad de Intervención en Crisis de Psiquiatría y posteriormente en la Sala de Neurología con un cuadro de agitación psicomotriz, exacerbación de los tics y desorientación en tiempo y espacio. Los antidepresivos y ansiolíticos utilizados no tuvieron adecuada respuesta. Los mejores resultados se obtuvieron con psicoterapia, detectándose una reacción situacional que tuvo como causa la admisión en la universidad. Fue durante este ingreso que se le diagnosticó el GTS.
Al asociar los dos diagnósticos (EC y GTS) se comenzó una atención multidisciplinaria que permitió al joven iniciar sus estudios universitarios. El primer semestre mantuvo trastornos conductuales, déficit de atención y exacerbación de los tics. Lo resultados académicos fueron malos.
En la medida que se indicó la dieta restrictiva de gluten, se evidenció su mejoría. En el segundo semestre los resultados fueron mejores y las alteraciones disminuyeron. Actualmente cursa el tercer año universitario y han pasado más de 10 meses sin alguna exacerbación. El paciente está generalmente asintomático, sin medicación, con buen aprovechamiento docente y paulatina incorporación social. Su conducta ha sido mejor que cualquier período anterior de su vida, pero las transgresiones dietéticas ocasionales se asocian a reactivación de los tics que desaparecen paulatinamente al reanudar la dieta.» (1)
Esto es solo una de las intervenciones que se puede hacer para mejorar la sintomatología de SGT y como se pueden ver otras muchas condiciones relacionadas con el consulmo de gluten, EC y SGNC.
En otro artículo hablaré de otros posibles protocolos nutricionales que se pueden aplicar para la mejoría de esta condición.
Si necesitas que trabajemos en mejorar la sintomatología de Síndrome de Gilles Tourette u otra condición clínica a través de la nutrición, puedes ver mi forma de trabajo entrando en este enlace o escribiéndome un email contándome tu caso a
Fuentes: (1) Ibargollín Ulloa, Rafael, Pérez Rodríguez, Mario, Suaréz del Villar Arcís, Ana Cecilia, Jiménez Simón, Jorge Luis, Ibargollín Rodríguez, Amanda Mariana, & Castillo González, Juan A.. (2018). Eficacia de la dieta libre de gluten en el síndrome Gilles de la Tourette con enfermedad celíaca. Reporte de caso. Gaceta Médica Espirituana, 20(3), 121-127. Recuperado en 26 de febrero de 2022, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1608-89212018000300121&lng=es&tlng=es. (2) Rodrigo, L., Álvarez, N., Fernández-Bustillo, E., Salas-Puig, J., Huerta, M., & Hernández-Lahoz, C. (2018). Efficacy of a Gluten-Free Diet in the Gilles de la Tourette Syndrome: A Pilot Study. Nutrients, 10(5), 573. https://doi.org/10.3390/nu10050573