Así me las he pegado estas fiestas, para qué mentir. Que si un poco de esto, otro de lo otro, buffet asiático vegetariano que casi me mata anoche -servicio muy simpático, a todas estas- alguna copita con los amigos, etc … y así ando, hoy que casi no he podido comer de lo hecha polvo que me he quedado. Ni voy a flagelarme por haberme pasado, ni voy a castigarme de ninguna manera., no. Lo voy a tomar como una lección personal, de la que he aprendido que ya no puedo comer ciertas cosas porque mi cuerpo las rechaza, porque es muy listo y sabe lo que no es bueno para mí. Lo tomaré como una señal de que tengo que empezar a ser seria y no hacer de estas escapadas de mi rutina como una excusa para tontear fuera de mi estilo de vida, que más que comprobado ahora, no me sirve nada más que para estar doblada en el sillón con dolor de tripa.
«Mírala, la que va de sana» –  decía alguno o alguna,  ayer. Sí, muy bien, injustificable, pero es que he de recordarles de que soy humana y como buena humana, no soy perfecta, y ni yo ni nadie creo que haya hecho una transición total a una vida sana de la noche a la mañana. Se puede, claro, pero en algún momento siempre se cae en tontear con alguna guarrería.
Yo estoy aquí para compartir con todos los trucos que mejor me van para ciertas cosas a nivel de salud y también para que se sientan identificados de alguna manera con lo que hago. Así que no sólo les voy a hablar de la buena de mí que hace sus sentadillas todos los días y toma sus zumos a raja tabla cada mañana. También tengo mis días vagos que no hago las sentadillas y que como pan y me bebo una caña. Luego acarreo las consecuencias, pero es lo que hay.
Estando en mi tierra estas semanas me he dado cuenta de lo difícil que es llevar un estilo de vida basado en una alimentación viva por varios motivos. Entre ellos la poca variedad que hay en al oferta de restaurantes y los precios de mierda por una ensaladita que me la como de 2 bocados. Por lo coñazo que son algunos seres cercanos cuestionándote y juzgándote, en vez de aceptar y callar, aunque he de reconocer que a mi madre y a mi hermana las he vuelto loca intentando cambiarles los hábitos a base de sermón tras sermón y sé que así no funcionan las cosas, pero ya se sabe cómo se puede ser con los familiares a veces (perdónenme madre y hermana).

 

Se podría llegar a algo en esta isla si hubiera más información y acceso a una educación en nutrición y salud que ayudara a la gente a cuidarse más y a preocuparse un poco más por lo que comen. De verdad, en sitio que me sentara un rato y escuchara a la gente a mi alrededor, sólo oyes a la gente quejarse de lo que les duele esto, lo otro, la diabetes, el colesterol, que si las varices, la depresión y mil cosas más mientras se están metiendo entre pecho y espalda unos platos de comida que a de verlos a mí ya me daban todos los males habidos y por haber. Fritangas, empanados, combinaciones de comidas horrible, desayunos de apaga y vámonos y demñás historias. Es tan simple como cambiar un par de cosas en las rutinas diarias, poco a poco  y todo viene según avanzamos. Pero no podemos olvidar que somo animales de costumbres y cambiar costumbres de años tanto culturales como familiares, así como así para hacer entender a la gente de que todo eso no es precisamente lo más sano o correcto, es un trabajo duro, supone un esfuerzo enorme y se tiene que realizar en comunidad y enseñándose los unos a los otros sin intentar imponer, sino concienciar.
¿Cómo hacer esto? Con tiempo, paciencia y colaborando unos con los otros. No siento que mi misión en el mundo y sea ir con mi disfraz de capa con el logo Jollyyoli, disparando un arma que convierta los platos de comida poco saludable de la gente en ensaladas y batidos de frutas, aunque bueno… sería la bomba, para que engañarme :D.

 

Ciñiéndome a un mundo un poco más realista, creo que influenciarnos los unos a los otros dando un buen ejemplo y uniéndonos en una buena causa puede suponer un cambio, que irá despacio, pero que a cada paso dado se afianzará más y más en los hábitos de los seres que nos rodean, de los que más queremos y se «contagiará» de unos a otros.

 

Desde pequeños aprendemos a través de la imitación, al igual que una adolescente quiere parecerse a su estrella de MTV favorita, tu marido quiere el coche de su jefe o yo quiero sacar el culo de la Jenny Selter. Vamos a decirlo más claro, funcionamos por el método más bien conocido como «CULO VEO CULO QUIERO» (en mi caso literal) y si vemos que una persona cambia a ciertos hábitos y al tiempo se la ve mejor, al poco tiempo nos preguntarán, investigarán y acabarán haciendo lo mismo, porque  a todos nos gusta sentirnos bien por dentro y por fuera y ser lo mejor de nosotros mismo.
Este año 2014 quiero ser un buen mejor ejemplo para los que me rodean, para los que me leen y sobre todo  para mí misma. Quiero ser esa persona en la que yo me inspiraría para ser más sana y ser más determinada en mis metas. Siento que va a ser un gran año como 2013 y este dolor de tripa que tengo ahora es sólo el recordatorio que necesitaba para saber que estaba en el lado correcto «de la vida» en cuanto se trata de ser Yolanda.
Espero que los Reyes les hayan dejado a todos licuadoras y batidoras y cestas de frutas. A mí, muy acorde con mis intestinos, me han dejado una colección de tés muy ricos. Les dejo que me voy a hacer uno.

 

Muáh!
http://jollyyoly.blogspot.com/

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