Un día un buen amigo mío, al que también llamo mi «health guru», quien sabe muchísimo de plantas, nutrición y de estas cosas que tanto me gustan, me introdujo en el fantástico mundo de Maria Treben (1907 – 1991). Esta señora era una eminencia del sanar enfermedades con plantas, tinturas, infusiones, baños de hierbas y demás métodos naturales y, además  escribió uno de los libros que más me he leído en mi vida: Salud de la botica del Señor. 


**Ojo al dato, aunque mencione a Dios en este post, no me toméis por una persona religiosa, que luego la liamos con temas de estos.

En este libro, Mari, para los amigos, habla de las propiedades medicinales y curativas de muchas plantas. Es casi imposible acordarse de todas e ir detrás para encontrarlas y tenerlas en nuestra cocina. Pero ahí , mi queridísimo amigo, me recomendó que si necesitaba tener 2 de las básicas clásicas me quedara con las que os voy a recomendar hoy en este post. 

DIENTE DE LEÓN 

Llega la primavera y aparece con sus flores amarillas tan características por doquier y muchos ignoramos lo increíble que esta planta es. Citando algunas de sus propiedades:

«Es una planta depurativa, indicada para purificar el organismo de elementos tóxicos. Puede actuar en el hígadoriñón y la vesícula biliar, y con su efecto diurético evita la aparición de piedras en el riñón. También es un tónico digestivo contra el estreñimiento y la resaca de alcohol. Para uso tópico es eficaz para limpiar la impurezas de la piel, acné, urticaria. Estas propiedades son por su contenido de inulinaácidos fenólicossales minerales, entre otras sustancias que aportan beneficios en la piel. En algunos periodos de escasez, la raíz seca se ha utilizado como sustituto de la achicoria, que a su vez era sustituto del café. Sus hojas silvestres o cultivadas son comestibles, se prefieren las que son jóvenes y tiernas para ensaladas mientras que las maduras al ser más amargas se consumen cocidas aunque está sin confirmarse la existencia de cultivos para este fin.» 

 Lo recomendable sería salir al campo un día y lejos de donde haya tráfico y gente paseando perros, ir a recolectarlas uno mismo, tanto esta como la ortiga, de la que hablo justo debajo, en vez de compralas. Pero vamos, que en una herbolistería se pueden encontrar no por más de 2 o 3 euros la bolsa, con una cantidad decente de las hierbas. 
Por supuesto, cuando uno vive en el norte del mundo, poco puede hacer en esta época del año, así que de momento estoy tirando de comprada, como entenderán ustedes 🙂

ORTIGA













Otra que tal baila en el podium de plantas para todo mal que se nos ocurra. Quien tiene esta hierba en casa, tiene un tesoro, os lo digo yo. Alguna de sus propiedades:

  • Afrodisíacas. ( Ésta es la que más me gusta, jaja.)
  • Analgésicas.
  • Antialérgicas.
  • Antianémicas.
  • Antigotosas.
  • Antihistamínicas.
  • Antiinflamatorias.
  • Antirreumáticas.
  • Astringentes.
  • Depurativas.
  • Diuréticas.
  • Galactogenas.
  • Hemostáticas.
  • Hipoglucemiantes.
  • Remineralizantes.
  • Rubefacientes.
  • Tónicas.
 
Vamos, que lo único que le falta es saber cocinar y planchar.
 
Para información más detallada les recomiendo totalmente poner en google: Maria Treben salud de la botica del señor y en algún enlace les saldrá el PDF. Bájenselo y vayan a las páginas 20 y a la 45 y ahí les viene toda la información necesaria. Una maravilla.
 
Bueno después de todo el rollo técnico, vamos a lo que nos interesa. Desintoxicar el organismo. Es decir, esa celulitis o piel de naranja que se nos acumula en zonas que no deberían, con estas dos hierbas podemos empezar a deshacernos de ella. 
 
El truco es que estimula al hígado, páncreas, riñones, etc. para que las toxinas se muevan, que el sistema linfático se active y todo salga del cuerpo, ya sea a través de la orina, heces o sudor. 
 
Cómo preparar la infusión:
 
Ponemos 1 litro agua a hervir.
Cuando haya hervido añadimos 2 cucharas soperas de diente de león seco y otras 2 de ortiga. 
Dejar reposar fuera del fuego un rato, cuanto más tiempo, más fuerte será la infusión.
Tomar 3 veces al día una buena taza antes de las comidas.
 
Lo que sobre a un termo y así no estamos todo el día haciendo infusiones, eficiencia ante todo.
 
Las malas noticias, que no sabe a gloria bendita, pero para eso le echamos miel o stevia. Al que se le ocurra echarle azúcar que no entre en este blog nunca jamás, así de bruta soy, jeje. 
No hay nada peor que el azúcar y estamos intentando sacarnos porquería del cuerpo, no darle más. Así que ya saben miel cruda o stevia, para los veganos. 😀
 
Si hacemos esto durante unas semanas, notaremos lo más seguro un poco de mareo y dolor de cabeza al principio, pero esto es una buena señal. Significa que las toxinas que tenemos estancadas en el cuerpo  se están dándose el último paseo antes de salir de él definitivamente.
 
En cosa de una semana, empezaréis a notar cambios en la piel, tal vez algún granito al principio, pero después llega lo bueno. La piel de la cara empieza a brillar más. La piel del cuerpo en general se nota más suave. Iremos al baño con más frecuencia por su efecto diurético y porque ayuda al movimiento intestinal. Pero cuanto más nos deshagamos de lo que el cuerpo no necesita, más sitio hay para lo bueno que nuestra dieta nos pueda brindar. Sobre todo si os tomáis un zumo o batido todas las mañanas y a media tarde. Y ya si además estamos dándole duro a las sentadillas, que os voy a contar de los resultados. Mejor probarlo y ya vamos viendo!
 
Besitos de infusión!
Muáh!

 

http://jollyyoly.blogspot.com/

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